Cuando la gente se entera que estoy en un plan nutricional y que en la primera semana bajé 4.3kg, la primera reacción que tiene es «¡Qué chévere yo quiero!» me sonríen, me abrazan, me felicitan, me dan ánimos porque en su mente la idea de hacer dieta es divertido.
Yo me quedo callada, solo sonrío y digo «Sí, es bastante esfuerzo y no la estoy pasando fácil» y ahí vienen otra vez los consejos y tips, como no mezcles tal con tal, cómete un ajo en las mañanas, corre 5 vueltas a La Planicie. Acto seguido: quieren copiar mi dieta. Emocionadas mis amigas -que dicen estar cerdas y solo tienen 5-10 kilos de sobrepeso- sacan su celular para tomarle fotos a mi plan semanal y lo realmente divertido es ver la metamorfósis de sus rostros cuando empiezan a leer...
PROHIBIDO COMER:
Arroz
Pan
Camote
Choclo
Pasta
Papa
Palta
Gaseosas
Frutas como chirimoya, uva, mango
Y sobre todo... NO DULCES!!!!
«¿Tampoco puedo tomar alcohol?» No estúpida, tampoco puedes tomar alcohol, ni gaseosa light o zero, ni comerte una cucharita de arroz ni una papita frita con ketchup. ¡No! Tienes que comerte el pollo a la brasa sin pellejo ni papas ni alita y tomar todo jugo con Splenda. Ah, tampoco puedes fumar, así que cuando empiezas a sudar de la desesperación por un Sublime lo único que te queda es tomarte 2 vasos de agua. «¿Limonada puede ser?» ¡No carajo! Agua sola todo el puto día... 2 litros como mínimo, hasta que te salga el agua por las orejas. ¿Todavía te parece espectacular mi dieta huevonaaaaaa? Tu único placer será comer gelatina light y cerrar el hocico.
Ahora, no todo es magia, yo tengo una condición médica y tengo que medicarme y no, no son pepas aceleradoras ni quemadores de grasa. Es una pastillita hermosa ella, fabulosa, que me ayuda con mi insulina. ¡Vamos a la parte médica del post!
Digamos que mi cuerpo bota 10/10 de insulina cada vez que como; entra la comida, que usualmente es alta en azúcar: KFC, Burger King, Papa Johns, Las Canastas, Mis Costillitas, etc. entonces usaba mi 10/10 de insulina. ¿Qué pasa cuando comía «normal»? Arroz con pollo, lomo saltado, tallarines verdes. Usaba 7/10 y ese 3/10 no era absorbido por mi cuerpo, asi que se quedaba flotando en mi sangre alterando sabe Dios cuántas partes de mi bello ser. Lo normal es que el cuerpo se chupe esa insulina extra para que termine de hacer su función: comerse el azúcar, ¿Y dónde hay azúcar acumulada en el cuerpo? En la grasa, y de esa me sobra.
¿Fabulosa mi pastilla que ayuda a que mi cuerpo se coma mi grasa no? ¡No, no es fabulosa! Porque uno siempre tiene que leer la letra pequeña: «Efectos secundarios que se presentan con mayor frecuencia: diarrea, náuseas, hinchazón, dolor de estómago, flatulencia, indigestión, sabor metálico desagradable en la boca, acidez, dolor de cabeza, dolor muscular» ¿Bacán no?... ¡No!
Ya se imaginan que a estas alturas mis amigas están completamente asqueadas y mi dieta la tiraron por ahí y se pidieron otra cerveza mientras yo sigo tomando agua -o voy al baño-.Pero bueno, los buenos deseos siempre están ahí y con muchos ánimos para que no desista de mi meta, que no es estar flaca, sino estar por fin SANA.
La próxima semana les cuento cómo me fue en el control con el doctor más cool del mundo Gerardo Bouroncle y tengo que ir a conocer a mi endocrinólogo para verme la tiroides -sí, otra pastillita fabulosa seguro me va a mandar ese huevón- así que ahí les cuento ¡Mándenme muchas buenas vibras! Permiso, me voy al baño.