La primera y única diseñadora latinoamericana invitada a participar del Mercedes Benz Fashion Week Russia 8 veces nos abre las puertas de su atellier en San Isidro. Pequeña y tímida, de sonrisa y corazón enorme, no nos habla de moda ni tendencias; nos habla de valores, maternidad, responsabilidades y actitud.
Entrevistarte con la primera diseñadora peruana no es nada fácil, sobre todo cuando lo único que sabes de moda es combinar los zapatos con el pantalón. Estaba más preocupada de mi ropa que de la conversación y las horas se hacían eternas en la peluquería mientras me hacían manicure. Bolso de color rojo, zapatos negros de taco, blusa de animal print, delineador negro y brillo en los labios. Una futura periodista no debe preocuparse de esas cosas, pero estaba 100% segura que ella estaría en vestido de gala esperándome con las manijas del reloj en mi contra.
Toco el timbre, entro y espero mientras tomo un vaso de gaseosa. El atellier en el corazón de San Isidro me hace sentir en Nueva York; paredes blancas, lámparas grandes, sala de espera, espejos de piso a techo y maniquíes con vestidos de brillos. Música bossa de fondo, todos son amables y sonrientes. Las señoras entran y se prueban blusas, pantalones, vestidos, no dejan de tomar cosas de los colgadores y entran emocionadas a los probadores. Me llaman y subo las interminables escaleras con mis taco 7 tratando de no hacer el ridículo y no caerme. En una sala como si fuera especial para novias me hacen tomar asiento. Las paredes de color blanco y beige, la luz tenue amarilla y la música bossa hacen que ponerme un vestido y quedarme horas de horas mirándome en los espejos gigantes, como si fuera una película.
Con una sonrisa encantadora me saluda efusivamente y me abraza, como si nos conociéramos de toda la vida, no por email, si no que somos amigas de años que se vuelven a encontrar. Nos sentamos, nos acomodamos para la grabación y luego de contarnos realmente cómo nos conocimos y agradecerle por haberme abierto las puertas a nuevos clientes y reafirmar que ella es la más consentida, empezamos.
Tu nombre Sitka es por una ciudad en Alaska, ¿cuánto tiempo viviste ahí o fueron sólo tus padres?
Mis papás vivieron allá 10 años y mi hermano mayor nació allá. Después mi mamá regresó embarazada de 6 meses y medio de mí y yo nací acá pero, nos pusieron a todos nombres alasqueños porque le agarraron camorra a Alaska y la mayor se llama Alyeska, yo Sitka, Duzka y Kodiak. Yo he vivido toda mi vida acá, peruana al 100%.
Mi papá cuando tenía 25 años dijo soy alma libre, me voy de aquí. Y fuimos primero a Hawái y después a Alaska. Aun tiene esa alma libre, con decirte que hoy en día, tiene 74 años y vive en un velero, totalmente libre con su gato. En el proceso de esa libertad nos mudábamos cada año de un sitio a otro. Decía para qué vamos a comprar algo si lo más rico es levantar anclas y te vas. Él pensaba que meter su plata a comprar un inmueble era enterrarse vivo.
De ahí, a los 14 años a mi papá se le ocurrió sacarnos a los cuatro hermanos del colegio para hacer un viaje por Estados Unidos; un año sabático. Llegamos a Miami para buscar la camper y ver de iniciar el viaje y cuando estábamos 2 meses en pleno calor de julio, nosotros nos sentíamos los más cools. Nos preguntó si nos gustaba vivir ahí y nos quedamos. Nunca dimos la vuelta por Estados unidos.
Regresamos cuando tenía 16. Mi papá empezó a construir la Rosa Naútica y a los 19 mis padres se separan, se divorcian, mi mama se quedó en Miami y busqué escuelas de diseño de modas ahí, que estaban igual en pañales, mejor que en Lima pero instituto. No había nada serio y llegué a la Rhode Island School of Design.
Desde los 14 años tú ya sabías que querías ser diseñadora, ¿quién fue tu influencia, tu madre que es artista? ¿Te vestías a la moda cuando eras adolescente?
Yo sentía que me interesaba la parte estética. Era muy buena en los deportes pero a su vez, súper femenina, entonces una cosa no iba con la otra. Veía a Nadia Comaneci y era linda porque la veía toda femenina con su colita. Pero no quería que me aísle porque sentía que el deporte no iba con la femineidad.
Siempre estaba metida en el closet de mi mami porque la veía tan sofisticada. Siempre me ha gustado vestirme pero no me considero una persona gastadora, cero compradora, mis amigos me dicen ¿puedes comprarte algo? Pero no lo necesito. Mi mami nos educó así, no a la abundancia y lo justo y necesario. Me parece que es un valor importantísimo y yo lo estoy inculcando igual en Ziana, mi hija de 5 años y medio, porque siempre será una barrera; ¿por qué la abundancia, por qué gastar y por qué el exceso?
¿Y ella es igual que tú, le gusta vestirse a la moda, ponerse accesorios?
Te mueres con ella. Ziana para empezar nos costó 8 años para que yo pudiera salir embarazada. El tratamiento fue largo, al 5to in vitro nació. Fue esperadísima. Es signo leo, le tengo que decir ¿puedes no echarte base niña? Es extrovertida y cuando le pregunté si quería salir conmigo a la pasarela me dijo que sí. Le dije si te pones nerviosa tú dime y no te preocupes. Y salió feliz a la pasarela.
¿A parte de eso, qué les gusta hacer, qué hacen juntas?
Siempre mi mamá nos mataba de cosquillas, hasta el llanto y hacemos eso. Tenemos una súper relación. Realmente lo que te dicen que te vas a enamorar de tu hijo, es cierto. Yo pensaba ¿qué tanto, cómo es eso? Pero es cierto; cuando te mira y realmente eres tú lo máximo, te dicen mamita cuánto te quiero, son tus fans. Le encanta pintar, todo el día pintamos, toda la parte femenina está conmigo. Le encanta la manicure y pedicure. Yo soy de colores neutros, pero a ella no, se quiere pintar fucsia, amarillo. Hacemos rompecabezas, todo lo que esté acorde a su edad lo compartimos.
¿Cómo ves a las niñas de hoy? Con esto que admiran mucho a las actrices, cantantes, celebrities y sobre todo modelos, tú que tienes una hija, ¿te preocupa el tema de los desórdenes alimenticios, que ella pueda llevarse esa imagen de estar rodeada de tantas modelos, cómo contrarrestas eso?
Yo no sé si tiene que ver por la parte de la casa. Yo he tenido una mamá que toda la vida ha sufrido con el peso pero siempre su dicho era lo más cerca de la tierra a la boca. Era un tema de estar bien. Con Ziana es exactamente lo mismo, es alimentarse bien, en ningún momento es nada relacionado ni al peso ni a la estética ni nada, sino cuestión de salud y que su autoestima esté plantada. Sin embargo, el año pasado cuando tenía recién 5 años vino un día y me dijo mami tengo que enflacarme. Fui a hablar con la profesora. Ella no escucha la palabra dieta en casa y no quiero que vayan a pensar que, porque la mamá es diseñadora, somos así como mil mujeres que conocemos que todo el día, piensan en dietas o gimnasios. El tema venía de otras mamás, las niñitas escuchan y copian.
Si tú estás bien plantada, las referencias pueden entrar con coherencia, pero si hay debilidad, ya sea en el hogar, por ende hay debilidad en ti, entra por todos lados. Entra droga, entra sexo o entra anorexia. Yo creo que lo externo influye pero si uno está bien consigo misma, no te mueve nada.
¿Desde qué edad crees tú que es conveniente o seguro que una niña empiece a modelar?
Más tarde que temprano, yo pienso que debería ser a partir de los 20. Lo que pasa es que hay chiquitas de 15 que son unos pajaritos y comienzan a tener experiencia, a caminar y a los 20 están justas. Jóvenes pero con experiencia, pero mientras más tarde todo en la vida es mejor, hasta estudiar. Salen a los 17 y ¿qué pueden saber?
Toda la vida estás en ese proceso. A los 12 años trabajé en el taller de un joyero, mi verano de los 12 y de mis 13 y me di cuenta que me fascinaba estar en trastienda, no adelante, no lo disfruto, siempre escondida. Luego a los 14, en Miami, en el edificio había una pareja de viejitos que necesitaba cocinera. Durante 2 veranos trabajé de cocinera, lavaba los platos, les hacía las compras. Yo era una empleada feliz y me pagaban por las horas hasta que ya me vine a vivir acá. Trabajar también te da seguridad de que puedes hacer lo que sea y eso te define. ¿Tú crees que yo me sentía mal? Yo creo que son valores que van formando al ser humano. La vida da muchas vueltas y uno tiene que estar preparado, dirás ya lo hice y no pasa nada.
Debo preguntarte. La primera dama Nadine Heredia, recibió duras críticas cuando comenzó a salir con trajes, de repente muy impactantes para el ojo peruano. Escuchaba a Ani Álvarez Calderón que decía que no estaba mal, pero que no era para este público que no está acostumbrado.
Fueron críticas muy fuertes y hasta ahora digo que siento que se le fueron encima con algo que a mí, no me parece que estaba mal. Te soy sincera, lo miro y digo no sé, yo la veía bien. En ese momento me llamaron de Caretas a declarar. Yo le pondría 17 de nota, siento que la veo bien.
No conozco a Nadine, pero por lo que se ve en la tele, sí siento que es una persona que le gustan las cosas más desestructuradas, más tranquilas y relajadas. Entonces cuando se pone acartonada no es ella. Quizá lo que notamos es que está más cómoda en su piel. Yo siento que la gente de protocolo piensa que ciertas cosas deben ser de una manera, pero siento que se le ve bien.
Pero la mujer peruana en general; no somos muy altas y nos gusta comer bien, tú dices que todo es cuestión de actitud.
Yo creo que primero es mirarse hacia adentro. Siento que uno no debiera de necesariamente seguir tendencias, no debiera vestirse con un solo diseñador. Siento que uno debe encontrarse a uno mismo. Además, hay cosas que puede que no me queden tan bien pero me gusta usarlas. Hay gente que dice si eres flaca lúcete, pero a mí no me gusta lucir apretada. Entonces no tiene nada que ver con tu cuerpo, tiene que ver con tu estilo. Es sentirse cómoda y segura, te ves y dices puedo enfrentar la reunión, el chico, lo que sea, te ves y lo puedes enfrentar, entonces eso es.
Personalmente, lo que me gusta de tu colección es que las piezas no son pequeñas, ajustadas y no les falta tela, por así decirlo. La mujer latina en general es muy sexy, le gusta mostrar; tu tendencia va más hacia la elegancia.
A veces quieres cortar, apretar, buscar algo más sexy, pero al final hay que aceptar también la manera en que uno es. Creo que lo que me gusta más es que una se sienta segura. Siempre cuento una anécdota; una señora que trabajaba en el gobierno de Alan García, vino para hacerse un sastre, pasaron 3 días y me llama. Me dice, Sitka te quiero llamar porque nunca me ha pasado algo así, estuve en Palacio de Gobierno y nunca había tenido el valor de acercarme a Alan García a decirle tantas cosas que tenía en la cabeza, porque no me sentía segura y con el sastre que me hiciste me sentí empoderada y me le acerqué. Entonces de eso se trata. Me gusta más lo sensual que lo sexual, porque siento que lo sexual es ya ponerte en bandeja, no hay nada más detrás, nada más por descubrir.
He tenido la oportunidad de ir a más de un desfile tuyo y noté muchísimo el uso de los colores neutros como el negro, marrón, gris, beige. Lo que sí me sorprendió fue el desfile en los Claustros del Convento de Santo Domingo, donde usabas colores como el rojo vino, morado, azul ¿piensas usar esos colores nuevamente o continúas con los neutros?
Cuando éramos niños estábamos rascando piedras y mi mamá, siempre con maravilloso gusto y estilo, con cosas que no eran costosas lograba ambientes lindos. Y en la parte de vestir también, podíamos estar con tocuyo, pero la manera en la que lo usábamos, se veía lindo. Nos fue inculcando que teniendo las bases grandes como las bases neutras y uno le pone el acento de color en el accesorio, tienes la posibilidad de usarlo más veces porque no te vas a hartar tanto y la gente no se va a dar tanto cuenta que ya lo usaste.
Entonces cuando he hecho color me encanta pero yo misma me saboteo porque digo, esa chaqueta roja cuántas veces la vas a usar, mientras que si la tienes en neutro puede durar y ponerle mil cosas encima. Y como yo no soy compradora, siempre pienso en algo que me dure.
Sé que también hiciste el vestuario para diferentes obras de teatro en Lima como por ejemplo Metamorfosis, Dónde está el Tenor, La jaula de las Locas, ¿te gusta ese tipo de diseño, que es totalmente específico y nada actual? Porque tienes que enfrascarte en una época.
Me encantó desde el día uno pero es sumamente estresante. Tengo la cualidad –pero por otro lado es defecto- que cuando me meto a un proyecto me meto a full, entonces voy a ver todos los ensayos, veo cómo se mueven los actores, estoy viendo la dinámica, las pruebas, ves todo el vestuario. Eso más la tienda, más desfiles, es bastante. Sé que están felices porque recomendé a Ani (Álvarez Calderón) y van a hacer Hairspray. Lo lindo es que puedes ver tu desfile por dos meses y puedes recomendar a gente a que lo vea siempre, no solo los 15 minutos, es diferente. Es fantasía y aprendes un montón.
Tú primero estuviste 13 años haciendo diseños específicos, personalizados directamente con las clientas y haciendo vestidos de novia también. Abres esta tienda hace 2 años ¿cómo nace el impulso?
Me saturé, ya no podía más por un lado. Sentía que había estado 12 años haciendo ropa a medida a un ritmo muy fuerte, estrés a morir y me di cuenta que no era feliz. Algo estaba mal, no era la forma. Comencé a analizar, a ver en mi interior. Y en el proceso, ya había más tiendas en Conquistadores, diseñadores jóvenes, era un proceso natural. Además, la gente ya no tiene tiempo de mandarse a hacer ropa, la gente joven que trabaja no tiene tiempo de pruebas, quiere estar con el vestido lista. En la vida las cosas se acomodan, llegan a su tiempo, uno toma la decisión a su tiempo ¿por qué no antes? Porque no estaba lista. Ahora ya te puedo decir que estoy feliz.
La semana de la Moda en Moscú, 8 veces ya que eres invitada desde el 2004. A parte eres la única latinoamericana que participa. ¿Cómo así llegas a Moscú? ¿Cómo te sentiste?
La primera vez en el 2003 nos dieron un premio en Miami que fue el New Star in Fashion y es así como nos invitaron, nos mandaron un mail diciendo que estaban buscando a un latino para el Fashion Week. Para empezar pensé, a quién le habrán dicho que no quiere ir a Rusia (ríe). Fue linda experiencia siempre nos trataron increíble, hasta el día de hoy. Luego salí embarazada de Ziana y esperé 5 años para sentirme bien encajada con el papel de mamá y el marzo pasado, empecé de nuevo. He encontrado otro Moscú, otro aeropuerto, en esos 5 años hubo una evolución enorme. Ahora tenemos la tienda, capacidad de producción. Estamos yendo con la intensión de abrir mercado serio y sostenido.
Ahora eres embajadora de la marca Perú. ¿Cuál crees que es tu responsabilidad con el país al ser una embajadora?
Tú sabes que creo que es como cuando te casas que te dicen, es solo un papel, pero uno dice a ver fírmalo y cómo te sientes después. Cambias, es raro. Pasa algo curioso, en noviembre que me fui primera vez como embajadora, siento que te miran diferente, como si tuvieras un título, como si fuera condesa. Y yo me lo creo. Y cuando pusimos los videos en Rusia, las colecciones llamaron más la atención que antes, no sé si es porque soy embajadora, por los 5 años de ausencia, no lo sé, pero todo es diferente y mejor.
¿Cuál es el siguiente paso para Sitka Semsch? ¿Cómo te ves de aquí a 5 – 10 años?
Cómo será. Siento, que aunque no lo creas, estoy empezando. Si bien con experiencia, pero empezando. Porque con todos los años que he tenido de experiencia he logrado conocer mucho la capacidad humana, tengo la paciencia, me gusta sentir que la persona se luzca, que esté plantada. No sé si va con una seguridad mía detrás, con un ego que lo pongo totalmente al costado, yo sé quién soy y eso es. Tengo experiencia, pero sin embargo, siento que con la apertura de la tienda, estoy preparada recién para lo que sea. Entonces estoy empezando con toda la ilusión que eso conlleva, el mundo es tan grande.
Antes de terminar, una confesión: ¿qué te da un panic attack?
El público, pero no en pasarela. Si tengo que entrar a un matrimonio, a la inauguración de algo, no puedo hacerlo. Me muero. Porque me olvido del nombre de todo el mundo, entonces cuando los veo no sé cómo se llaman y entro en trompo, entonces me quiero ir.
Siempre he sido súper tímida y mi hermana mayor súper extrovertida, me recosté siempre en ella porque siempre hacía los planes, la que armaba todo y la que me ponía el plan ya hecho. Y yo me trepaba a su plan. Soy muy privada, me gusta estar en mi casa, en mi huequito. Pero sin embargo, me gusta conversar y conocerte, lo disfruto y no me cuesta, pero así en chiquito, porque me estás conociendo y yo estoy conociéndote.