viernes, 10 de mayo de 2024

¿Mamá? Sí, mamá.


Yo sé que no es lo mismo y que no hay punto de comparación. Sin embargo...

Estamos juntos desde los 2 meses de nacido. Te enseñé dónde orinar, dónde hacer tu caca, a qué hora se come, a qué hora se duerme. Que con otros perritos no se pelea, que a las personas se les trata con amor y que a la abuela no le gustaba que le robes sus madejas de lana. 

Comenzamos con comidas blandas, luego las croquetas... conociste el "pollito" y todas las cosas ricas que siempre te invitaba. 

Hicimos viajes juntos en el carro, salimos de vacaciones, visitamos parques lindos, nos hospedamos en hoteles y desayunamos viendo el mar. 

Corría a casa después de trabajar para estar contigo. ¿Ya comió? ¿Salió a pasear? Siempre atenta de lo que necesitabas. Si no te podía cuidar te quedabas con tus abuelos o ya de grande con tu "niñera", pero siempre con alguien. 

Las noches desvelada cuidándote cuando te enfermabas. Sobándote la pancita, limpiándote cuando algo te caía mal, viendo tus medicinas. Correteándote para que tomes las pastillas y pases el jarabe. 

Celebramos todos tus cumpleaños; solos, en familia, con amigos... en reuniones pequeñitas con una torta hecha por mí o con tus amigos del parque con sorpresitas para todos. 

Me volví fiera cuando veía que alguien no te trataba bien o se burlaban de tus curvas caribeñas o tus males por la edad. A quien me decía "no debería estar en el mueble o en la cama" lo invitaba a retirarse de la casa, porque al final, esa era tu casa, tu mueble, tu cama. 

Mi ropa llena de pelitos y mi almohada oliendo a chizito... 

Me han dicho muchas veces "¿te vas porque el perro está solo en casa?" Y sí, porque a nadie le gusta quedarse solito, porque a nadie le gusta aguantarse la pila mucho menos la caca y porque simplemente estar contigo ha sido lo mejor que me ha pasado. 

Marmotear siempre fue nuestra actividad favorita. Dormir hasta tarde, ver películas comiendo papitas, a veces invitarte un poco de mi helado de vainilla. Jugar con tus peluches o al "torito" con los limpiadores rojos de la cocina. Dormir acurrucados sintiendo cómo suspiras cada que te beso en la frente o que me cucharees y te quedes privado en mi espalda. Despertar y ver tu carita de contento porque ya amaneció y podemos salir a pasear. 

Me he emocionado con cada cosa que hemos hecho juntos y no cambiaría estos 16 años por nada. 

Sé que no me durarás por mucho más tiempo, pero quiero que sepas, como dije al inicio, que aunque sé no hay punto de comparación, yo estoy más que agradecida de que me hayas elegido como tu MAMÁ. 

Te amo, Axel. Este domingo celebramos la felicidad que me has dado y que seguirá por mucho tiempo en mi corazón. Mi pequeño perrito con cuerpo de jabalí. Mi eterno compañero, mi hijo. 

Muchas gracias para Andrea Herrada por regalarme esta hermosa imagen. ¡Síganla en Instagram!

miércoles, 1 de noviembre de 2023

365 días

"Es muy engreída". "Es floja". "Es malcriada". "Es que le han dado todo". "Es que es malagradecida". "Es sucia, ella es así..." Y el peor de todos, "no sé a quién habrá salido, porque no somos así".

La moda de los últimos años han sido las afirmaciones; enseñarle a los niños desde muy pequeños a decir lo valiente que son, lo inteligentes que son, lo hermosos y valiosos que son. ¡Genial! Pero eso no hubo en 1983, cuando yo nací. 

Al parecer mi comportamiento tenía una explicación claaaaaara... era cuestión de elegir cualquiera de las opciones antes nombradas y, lo peor, es que me lo creí. Y crecí así, pensando que eso era y que no había más. Eso era; engreída, floja, malcriada, malagradecida, sucia... 

Una mañana... antes de llegar a mis 40 años, abrí los ojos y pensé ¿de qué sirve? Ya había pasado por varios psicólogos, estaba en terapia, sentía que me iba mejor o al menos que trataba de que fuese así. Pero no me daba el cuerpo, no me daba el alma. El 2022 me golpeó duro, más de lo que una persona puede tolerar al mismo tiempo, golpe tras golpe. Yo trataba realmente de levantarme pero mi cuerpo no daba, ya estaba cansado. Ese día tenía terapia en la noche. 

"Ya no sé qué más puedo hacer. Me esfuerzo, trato de hacer ejercicio, de comer sano, voy a todas mis sesiones de terapia, trato de hacer cosas diferentes... ¿por qué no funciona? a veces no me puedo levantar de la cama, a veces no puedo ni sacar al perro a pasear. No puedo recoger mi plato, mi vaso, no puedo lavarlos... los veo acumularse y me siento peor. Me siento sucia, floja, engreída..." 

Ese día, junto a mi psicóloga, decidimos que debía ver un psiquiatra porque realmente, REALMENTE YO HACÍA TODO!!!! y nada funcionaba. Me faltaba un empujón, algo que me de claridad y calma porque todo era tan abrumador. Llegué al punto de no soportar el ruido, la gente, no quería salir, me daban ataques de ansiedad en el taxi cuando iba a algún lugar que no sea lo conocido (mi oficina, mi casa, casa mis papás o mi enamorado), lloraba en el trabajo, a las 9 a.m., a las 3 p.m., a las 10 p.m. puta madre no había hora, cuando llegaba simplemente llegaba y yo ya no quería más. Fui al psiquiatra. 

Un doctor viejito me recibió, Claver Flores, y elegí mi cita con él porque Claver suena a "clever" (inteligente) y lo que necesitaba era un doctor clever JAJAJAJAJA. Tenía mucho miedo, tantas cosas que se escuchan sobre las medicinas antidepresivas, sobre todo la dependencia y los efectos secundarios. El viejito clever me hizo unas preguntas, con mucha paciencia y lentitud, apuntando todo en sus hojitas y luego escribiendo poco a poco en su computadora. Cuando terminé de hablar y él de escribir, solo me miró y dijo "trastorno crónico de ansiedad y depresión leve, vamos a solucionarlo juntos". Y al verme sonreír me dijo "seguro usted ya está cansada que le digan 'ponle ganas' 'no haces el esfuerzo, no te comprometes' 'tú puedes, eres fuerte' 'tienes que relajarte' y no pues, señorita Yataco, usted es fuerte pero no puede y eso está bien. Aquí lo vamos a superar juntos". 

Claver Flores ha sido uno de los ángeles que Dios puso en mi vida. En 30 minutos sentí que alguien entendía plenamente qué me pasaba y tenía la solución: escitalopram. Así comenzó mi viaje con los antidepresivos y decidí registrarlo todo. No sabía cuánto tiempo iba a tomar la medicina, no sabía qué iba a sentir, si iba a funcionar o no, era arriesgar y probar. Prueba y error o prueba y éxito. No saber también causa ansiedad csm. 

Empecé a grabar mi día a día en Tik Tok, cada síntoma cada cosa que sentía, los dolores de cabeza ASQUEROSOS que tenía, las náuseas, el sueño... el primer mes fue duro en cuestión de entender qué me pasaba... ¿y saben qué me pasaba? Me sentía NORMAL y no sabía qué era vivir así... normal, como la gente común y corriente. La pastilla le había bajado el volumen a todo pensamiento negativo, todo estaba bloqueado yo caminaba sintiendo nada malo, nada negativo. ¡Era raro! 

Los meses pasaban, me iba sintiendo mejor, mis amigos siempre conmigo, mi familia apoyándome desde su entendimiento y mejor esfuerzo, en mi trabajo el apoyo fue al 100... al poco tiempo me separé definitivamente de la peor pareja que he tenido y dije ya no más, ya no más Fátima por favor. Mi cabeza ahora estaba pensando, funcionaba, sentía la tristeza la pena la rabia de una separación asquerosa, pero sabía en el fondo que iba a estar bien y que era la mejor decisión... volví a hacer ejercicio, volví a limpiar mi casa, volví a cocinar. Empecé a salir, a hacer cosas nuevas, todavía con ansiedad ante lo desconocido pero algo, algo en mi cabeza ya no retenía, algo me decía que sí podía.

Ese algo, era mi yo sana, mi Fátima sana que tenía ganas de sentir sano, de vivir sano, de disfrutar plenamente. Me comprometí con mi tratamiento, nunca falté a mis terapias psicológicas, nunca dejé de tomar la medicina por más que tuviese días donde el sueño me mataba o donde me sentía como zombie del efecto secundario. Viejito clever me cambió la med para la noche y eso arregló bastante. 

Pasaron los meses, la dosis empezó a bajar. Ya no era 1 pastilla, ahora era media. Luego fue un día sí un día no y de pronto a veces me olvidaba hasta de tomarla de lo bien que me sentía. Empecé a conocer personas maravillosas que habían visto mis videos en Tik Tok y me escribían, conversábamos intercambiábamos experiencias, consejos. Me empecé a dar cuenta quiénes realmente eran mis amigos, con quién podía contar de verdad, personas que nunca esperé conecten conmigo, ahí estaban. La depresión me puede haber dado muchas cosas malas pero me ayudó a entender quién realmente era y porqué no era lo que me habían metido en la cabeza. Todo tenía una explicación, yo tenía un desbalance químico y eso no me dejaba pensar con claridad. 

Hasta que llegó el día de mi consulta con Claver clever, después de 2 meses con la dosis mínima. Estaba nerviosa, ya era un año en tratamiento y no sabía si tenía que seguir tomando la medicina, si ya estaba bien... Sentía que me iban a quitar las rueditas de mi bicicleta, ¿estaba lista para enfrentarme al mundo sola, sin medicina? 

Otra vez las preguntas, conversar un poco, el tipeo lento en la computadora y escribir en las hojitas con paciencia... Entonces, mi viejito clever, me dio de alta. Fueron exactamente 365 días de tratamiento y ya estaba bien. Ese día salí de la clínica "manejando sola mi bicicleta". Lloré en la puerta de felicidad. Hablé con mi mejor amiga, con mi papá, hice mi Tik Tok ajajajajaja mis historias de Instagram. Lo grité al mundo. Había triunfado. 

Ahora, cuando me miro al espejo, veo mis ojos distintos... No sé cómo explicarlo. Antes veía a una chica siempre sonriente pero con ojos tristes, luego con "ojos medicados"... pero ahora, mis ojos brillan y ese sentimiento inexplicable es grandioso, porque me veo y sé que estoy bien y que voy a estar bien. He aprendido a, primero, entender mis emociones. Si siento pena pues por qué la siento, qué lo ha causado, ¿puedo hacer algo para mejorarlo? ¿está en mis manos? He aprendido a respirar de verdad, a darme tiempo, a no lanzarme si no estoy lista, a poner mis límites, a decir esto no me gusta y no hacerlo. Aprendí que no estoy sola si estoy conmigo y estar conmigo es lindo. Y pude haberlo dicho antes en el pasado, pero ahora lo sé, ahora me lo creo. Así que ya no ando detrás de nadie mendigando amor. 

¿Valiente? Sí, muchísimo. Ya voy 1 mes sin medicina, sin recaídas, sin ataques de ansiedad, sintiendo tristeza por las cosas que dan tristeza pero sin hundirme, sino entendiéndola y dándome mucho amor y compasión. Hoy siento que sí sonrío de verdad. Sí se puede, amigos. Sí se puede. 

martes, 24 de enero de 2023

el 3 de enero

Esa noche, el 3 de enero del 2023, fue un claro ejemplo de esa frase que siempre te dicen cuando estás atravesando algo complicado... "vas a ver que en un año vas a recordar este día y te vas a reír y recordarás que ya todo quedó atrás". Y así fue. 

Retrocedamos en el tiempo solo por un momento para que recordemos juntos por última vez. La historia comenzó en realidad el 2 de enero del 2022, cuando Facebook me contaba que mi pareja, con quien acaba de celebrar 2 años de relación, tenía otra relación y de más duración que la nuestra. Cuento corto: yo era la otra. Decir que me rompí es quedarme corta de palabras, ilusiones innumerables evaporadas, planes truncos y un departamento para comenzar una historia en pareja, pero yo estaba sola. Un amigo llegó al rescate y se quedó toda la noche sin dormir acompañándome...

La mañana del 3 de enero fue... no consigo aún la palabra para describirla... tal vez, ¿MISERABLE? Ese día regresaba de unas largas vacaciones así que tenía que retomar el trabajo, pero cómo hacerlo, ¡no se podía! No había dormido ni comido, los ojos reventados, no dejaba de llorar, ataques de ansiedad cada hora...  Y eso me hace filosofar sobre que siempre pienso que la frase "gracias a Dios pasó tal cosa" es incorrecta, porque creo que uno consigue las cosas gracias a que hace algo para conseguirlo. Entonces, para mí, la forma correcta de pensar es que, claro yo hago algo, pero Dios pone a las personas correctas en tu vida para que, con tus actos, logres lo que quieres. Y así fue, porque en ese momento mi compañeros de trabajo se volvieron parte de mi salvación; se repartieron mis pendientes, me ofrecieron su tiempo para conversar, me visitaron... Mi jefecito solo me dijo por teléfono desconéctate, olvídate del trabajo, cuida de ti y si necesitas que vayamos cuando ese huevón saque sus cosas, ahí estaremos. (Sí, gracias Diosito). 

Para el segundo turno de cuidados llegaron mi sobrina Alejandra y mi mejor amiga Evelyn, prácticamente a sacarme de la cama, alimentarme y ordenar mi casa que era un caos. Esto parecía un velorio, ¿saben? Cada que alguien llegaba me abrazaba y me decía lo siento mucho. Ellas me escucharon por horas y me acompañaron a esperar que llegara el susodicho que, para esto, no tenía ni idea de que yo ya me había enterado porque no me contestaba el celular y solo por mensajes dijo que iba en la noche a la casa. ¿Se imaginan cómo fue esa espera? Y como la espera desespera... ahí salió la frase de Evelyn: "vas a ver que en un año vas a recordar este día y te vas a reír y recordarás que ya todo quedó atrás"... Y yo lloraba y le decía que no, que cómo, que era imposible...

Los voy a dejar con el suspenso de qué pasó después, pero para hacer el cuento más corto aún, a la semana me enteré que había una TERCERA PERSONA y bueno, lo dejo ahí no más.

Regresemos al martes 3 de enero del 2023, hace exactamente 3 semanas... "¿Te digo algo? Me gustas mucho"... ¡GRACIAS, DIOSITO! JAJAJAJAJAJAJA Ese día tuve una conversación muy reveladora, madura y decisiva. Desde ese día, que parece hace tan poco, cambiaron muchas cosas para bien; empecé a entender sentimientos nuevos, sensaciones distintas, bonitas... sinceras... 

Cuando nos despedimos y cerré la puerta, floté hasta mi cama y me dejé caer con la sonrisa más gigante que había expresado en mucho tiempo y mientras recordaba ese primer besito inocente, entré a WhatsApp para contarle todo a Evelyn -OBVIAMENTE- y lo primero que dije fue Amiga, tenías razón. Esta vez, mi año comenzó con el corazón en calma y listo para acelerarse. Gracias, Diosito. 

viernes, 15 de abril de 2022

14.02.2022

Hace 2 meses y 1 día lo conocí. Llevábamos algunos días wasapeando y en más de una oportunidad, se puso sobre la mesa salir en algún momento, pero yo me hacía la huevona. Mensajes de buenos días, cómo te fue hoy, qué vas a almorzar... y de pronto una pregunta interesante: ¿Cómo pasas San Valentín cuando estás solter@?

Yo, honesta como siempre, dije que detestaba el día. ¡Pero es verdad! Cuando la mayoría de tus san valentines han sido una buena cagada, pues ya la fecha te pone tensa, al punto que siempre pido vacaciones ese día porque no soporto ver el despliegue de amor a mi alrededor. (Sí, lo tomo malazo.) Pero también le conté que este año pues quería abordarlo de una manera distinta y que pensaba ir a la oficina a verme con mis amigos, íbamos a tomar unas chelitas también, entonces que le iba a poner buena cara a la fecha. Por su parte, él me contó que solo era una fecha más; lo que no soportaba era los lugares llenos, el tráfico y que todo se volvía comercial y exigente en un día, cuando es algo que debe darse siempre. True! Entonces pues, que no es que la pasara bien ni mal, simplemente era un día más. 

Y bueno, así continuó la conversación hasta que de la nada... ¿Qué te parece si salimos a caminar y llevo algo para picar y conversamos?... Y yo que soy bien huevo frito pregunté ¿me estás invitando a salir? Puta que soy bien lenta jaja pero porque no estoy acostumbrada a que alguien venga y me invite a salir (qué triste esta oración). Y sí, ¡me estaba invitando a salir! Algo muy casual, sin que sea "una cita-cita", ponerle cara al asunto y vernos en un sitio público donde podamos caminar un rato, sentarnos por ahí y conversar por unas horas. Y así quedamos. 

La mañana del 14.02.2022 fue mágica. Me levanté con una actitud distinta, no quería abordar este día de mala manera ni nada, solo quería pasarla bonito. Me sorprendió mi mejor amiga con un regalo, luego mi mejor amigo vino a verme con muchos dulces. ¡Sentí mucho amor! Me llevó a la oficina, vi a mis amigos, nos tomamos esas chelas y en el medio de tanta actividad positiva, estaba él escribiéndome, interesado en mí, ansioso por verme esa noche... Yo estaba aterrada, es la verdad. ¿Salir con alguien en San Valentín habiendo terminado una relación hace poquísimo tiempo atrás? ¿Estaré haciendo lo correcto? 

Llegó la hora, me mandó la ubicación del punto de encuentro y pedí mi taxi. Estaba más nerviosa que el carajo pero tenía clara una cosa en mi mente: ser siempre yo. No decir lo que pienso el otro quiere escuchar solo para caerle bien. Si soy rara, pues soy rara y si algo no me cuadra, me tengo que ir de ahí. No quería aparentar nada, realmente quería gustarle por lo que soy. 

Quienes me conocen, saben que soy la gordita de Carrusel; sí, la chibola romántica que sueña con vivir un cuento, una película romántica y si es un musical, mejor. Que me encanta la gileada old school, que me den la mano, los detalles, en fin... Cuando pensé en salir nuevamente, hablando de eso de ser honesta y transparente, pues si iba a salir, que sea como yo siempre quise, nada menos. Y todo lo que siempre quise en una cita-que-no-es-cita-pero-recontra-parece-cita, lo tuve esa noche. 

Comienza la música de fondo. Una chica camina por el centro de una plaza siguiendo la ubicación de su cita desde su celular. Al llegar, levanta la mirada y ahí está él, parado al otro lado de la calle en la puerta de una iglesia, esperando que los autos pasen y cambie el semáforo para cruzar. Ahí vemos en pantalla PARAMOUNT PICTURES PRESENT y mientras él cruza la calle sin quitarle la mirada, empieza nuevamente la música de fondo a intensificarse. Llega frente a ella y se abrazan como si se conocieran de toda la vida. En pantalla vemos el título de la película: San Valentín en Pandemia, ¡no mentira! Jajaja no se me ocurre título pero así fue puta madre, así fue... Hace mucho tiempo no sentía tanta calma en un abrazo, me sentí tranquila, feliz, relajada y lo mejor fue que sentí que él se sentía así también. 

Empezamos a caminar entre la gente buscando alguna banca para sentarnos. Era lindo, aún con la mascarilla puesta, todo él era lindo. Es lindo. La conversación era fluida, graciosa, no recuerdo exactamente qué tanto hablamos mientras caminábamos porque yo me sentía en una nube, flotando por la calle mientras él buscaba una banca. ¡Banca encontrada! Nos sentamos y me agarró de la mano, me hacía cariño. Yo solo pensaba que me sudaban las manos y qué rocheeeeeee, pero él me miraba tan bonito y me contaba cosas recontra interesantes, lo escuchaba atenta y era todo tan cómodo, repito como si nos conociéramos de muchísimo tiempo atrás. Todo fue muy fácil. 

Te traje una sorpresa. ¿De qué está hablando este chico? Se supone que en una cita-que-no-es-cita uno no lleva regalos o detalles. Y de la nada saca de su mochila un taper con triples. ¡Sí, triples! Un día me dijiste que te gustaban los triples entonces me acordé que seguro vas a tener hambre a esta hora y después de caminar entonces te los traje. INSERTE AQUÍ CARA DE AHUEVADA CON FONDO MUSICAL PAR FAVAR. "Un día me contaste que te gustaba..." Ay Diosito, no sé hace cuánto tiempo no escuchaba eso... Obviamente le agradecí, me reía nerviosaza, seguíamos de las manos y nos mirábamos riendo. Fue entonces cuando procedí a guardar los triples en mi cartera y me dijo que no, que los tenga en la mano, porque había otra sorpresa y que esa sí debía guardarla en mi cartera.

¿De qué estamos hablando, qué otra sorpresa? ¡Esta cita-que-no-es-una-cita está siendo increíble! No sabía qué hacer y no porque me sintiera incómoda sino porque me sentía abrumada de atenciones y no sabía cómo reaccionar a ello. (Nuevamente, qué triste esa oración.) Me pidió que cerrara los ojos y estire mis manos. Sentí una tela como corduroy. Lo primero que pensé fue en el overall de un oso de peluche, pero no creí realmente que hayamos llegado al punto de regalar un peluche solo por el valentines... Abrí los ojos y era una bolsa de tela y adentro tenía unos audífonos inalámbricos. ¿Te acuerdas que te pregunté por tus audífonos y me dijiste que tenías unos malazos? Bueno, te traigo los míos, para que cuando te mande canciones las escuches bien.

¿MESTASWEBEANDO? No sabía qué decirle, lo único que atiné a hacer fue a guardarlos para que no me los roben jajajajajajajajajajajajajaja. ¡Por eso me dijo que los ponga en mi cartera! Luego lo abracé fuerte y le agradecí. Y así nos quedamos un rato, abrazados sin decir nada, solo estando ahí los dos. 

Yo ya estaba a 10 céntimos de chapármelo pero no me sentía del todo segura, entonces nunca me quité la mascarilla porque sabía que corría el riesgo. Bueno, le dije para caminar un poco así que empezamos a dar vueltas por la plaza y las galerías. Me tenía de la mano y yo seguía flotando, algo así como un niño contento caminando con un globo en la mano, algo así. Llegamos a una esquina y mientras esperábamos el semáforo para cruzar me dijo ¡Mira la luna! Entonces volteé, miré al cielo y ahí estaba la luna llena gigantesca, hermosa llena de luz. Aquí empieza a sonar la música nuevamente, que sean violines esta vez... Y mientras me quedé tonta mirándola, él vino por detrás, me abrazó y me dijo al oído no sé porqué pero yo sabía que teníamos que pasar este día juntos. Entonces volteé a verlo y me lo chapé obviamente JAJAJAJAJAJA.

¡¿Cómo no hacerlo?! Ahí nos quedamos en esa esquina besándonos mil veces mientras la gente pasaba, cruzaban, vendían comida, en fin, el mundo avanzaba y nosotros solo estábamos ahí, siendo los dos sin que nada importe. Fue lo más romántico que me ha pasado en la vida. Esa esquina de República Dominicana con General Garzón será por siempre el spot de mi película romántica, de mi san valentín perfecto, de mi chico de los triples. 

Al rato pedí mi taxi, guardé mis triples, nos dimos un beso y tras el "avísame cuando llegues", nos despedimos. Ahí es cuando en la pantalla aparece la palabra CONTINUARÁ... Suena la música de fondo, sale Fátima Yataco y al costado mi foto comiendo un triple en la cocina... Sale "El Chico de los Triples" y una foto suya comprándolos, luego salen los créditos con un agradecimiento especial a la Municipalidad de Jesús María... y termina la película.  

Gracias por ese inolvidable 14 de febrero, mi eterno chico de los triples. 



domingo, 6 de febrero de 2022

Yo te prometo lo siguiente


No estoy embarazada, tampoco he tenido una pérdida; simplemente hoy quiero dedicarle esta aventura a mi futur@ hij@, a quien vengo esperando toda mi vida y que sé, cuando sea el momento correcto, podré conocer.

Todo comenzó hace más de 1 año y medio una noche en mi primer hogar. Estaba con "tu papá" echada en la cama conversando de los problemas que tenía porque mi anticonceptivo estaba agotado. Entonces, aprovechando el tema de la visita al ginecólogo lo miré y le pregunté ¿tú quieres tener otro hijo? ¿uno conmigo? y su respuesta afirmativa simplemente iluminó mi vida. Esto era serio entonces, nadie habla de un futuro así solo por las huevas. Ese día, comencé la aventura para ser tu mamá. 

Cita con el ginecólogo, exámenes de sangre, nuevos anticonceptivos para ver cómo mi cuerpo reaccionaba, ecografía y una listita de pruebas... sin mencionar la obvia tarea de BAJAR DE PESO. Nada va a funcionar si no bajas de peso; si tú sales embarazada ahorita corres un alto riesgo porque tienes obesidad y problemas de azúcar, no podemos arriesgarnos. -¿Y cuánto debo bajar?- Primero llega a los 2 dígitos y te hacemos nuevamente exámenes, luego, por lo menos, debes bajar hasta 80 kilos. 

¡Tenía que bajar más de 30 kilos por la puta madre! Bueno, ¿a la mierda, no? Si es lo que quiero, si es por mi salud y tu salud pues me puse en marcha, además por la pandemia me había subido también y tenía cero movimiento entonces este era el momento preciso. Ya había sacado mis cálculos: lo que me iba a tomar bajar (que ya sabía no sería rápido), un tiempo para viajar a Disney sola (perdón, hij@ pero sé que tus primeros años no podré ir pues jaja), para ahorrar y poder darte una vida decente y claro, un tiempo para disfrutar mi relación, para vivir juntos y seguir cumpliendo algunos sueños en paralelo. Así que me dije, para fines del 2022 yo ya debería tenerte en la panza. 

Los nuevos anticonceptivos no funcionaron, la regla se me irregularizó más y mi cuerpo era un desastre. A ver, ¿por qué usaba pastillas si quería salir embarazada? Porque sin ellas la regla no me venía, a causa del sobrepeso y la resistencia a la insulina. Entonces, como ya estaba en un peso un poco más seguro, el médico me quitó todas las pastillas para ver si mi cuerpo funcionaba normal. Era un cambio hormonal duro, después de más de 5 años usando las pastillas. Solo faltaba un poco más, más esfuerzo, más dedicación, más compromiso para bajar esos 20 que me faltaban.

Meses después, una noche en casa de "tu papá", estábamos hablando de ti, de cómo serías, si sacarías sus ojos verdes... Decíamos "seguro va a ser morenit@ y gordit@. Seguro va a ser un cague de risa, seguro va a gustarle bailar..." Esa noche reímos mucho, ¿sabes? Pensábamos en cómo te íbamos a llamar. Yo quería Cristobal pero él decía que era nombre de blanco jajajaja. Esa noche soñé mucho contigo.

Tuvimos momentos complicados, no solo por la coyuntura del país y el mundo, momentos de mucha incertidumbre pero donde yo creía que el amor podía superar todo. Volví a subir de peso, me deprimí, me atacaba la ansiedad. Le pregunté varias veces ¿tú de verdad quieres esto? ¿Qué quieres conmigo? Y siempre, siempre, todo apuntaba a que cada promesa se cumpliría y tú llegarías como habíamos planeado. Entonces ese día elegimos tu nombre y te empezamos a llamar así. No te digo cuál fue porque ¿ya para qué? Seguro el que tienes cuando leas esto, debe ser mucho más bonito je.

Y bueno hij@, hoy esta relación se ha acabado, pero esta aventura es para prometerte 3 cosas como mamá, como persona:

  1. Prometo darte un padre que sea leal y fiel, que sea honesto y que realmente nos valore. 
  2. Prometo ser una madre que se quiere y busca siempre su estabilidad mental, para poder cuidarte sanamente.
  3. Prometo esperar, no apurarme, no buscar por buscar. O sea, prometo cumplir las otras 2 promesas no matter what. 
Por lo pronto, seguiré con lo que me toca, porque mi deseo de tenerte no se acaba solo porque esta relación terminó, eso sigue, porque es mío. Así que hijit@, me voy a comer mi fruta y hacer ejercicio para que, cuando ya de verdad sea el momento, llegues tranquil@ y sin problemas. Desde ya te amo, tu mamá. 

PD: te dejo esta canción All I Have To Do, Is Dream

domingo, 21 de noviembre de 2021

Perrito comprado en cuotas


Póngalo a dos cuotas por favor.
Eso le dije al veterinario cuando decidimos que Axel sería nuestro perrito. Hace 13 años yo estaba en una relación y se nos metió en la cabeza esto de tener un perro de los dos. No vivíamos juntos, es más, nuestras casas quedaban relativamente lejos. Se suponía que nos íbamos a turnar al perro durante las semanas y, como siempre estábamos juntos, no habría problema alguno. 

Cuando llegué a mi casa y le mostré a mis papás al perrito de frente me dijeron "aquí no se va a quedar". Esa es la típica oración de los padres, ¿no? Y después los ves jugando chochos con el animalito. Este caso fue igual pero se resistieron bastante, ¡no fue una batalla fácil de ganar! Pero primero, volvamos al momento de la compra millonaria...

El día que tomamos la decisión de comprar el perro hicimos un tour por las veterinarias de San Borja, queríamos ver un Pug aunque yo no estaba muy convencida de esa raza. Había tenido Cockers toda mi vida y quería seguir con ellos, pero mi ex insistía en el Pug. Cuando por fin encontramos una vet con un lomito así, pues no hubo conexión alguna. Ni caso me hizo el perro, mucho menos a él... así que empezamos a buscar otras opciones. De frente el vet me trajo a esta cosita negra con marrón con ojos de asustado. "Es un Jack Russell, como el perrito de la película 'La Máscara'; activo, inteligente, buen compañero". Lo primero que dije fue ¿esa raza no es blanca con marrón claro? "Sí, pero éste es otro tipo". En ese momento no pude darme de cuenta de la estafa -era obvio que era cruzado- porque en lo único que me fijé fue en cómo su colita se activó al mirarme. Fue flechazo, no me quito esa imagen de la mente. Nos miramos, nos besamos, nos enamoramos; fue instantáneo. 

¡Nos lo llevamos! ¿Cuánto cuesta? "Está a buen precio, solo 90 dólares". Yo solo saqué mi tarjeta de crédito y le pedí que lo pusiera a dos cuotas jajajaja porque moría por un perro pero estaba misia y mi ex solo puso la buena voluntad para algo que se suponía era de los dos. Y así llegó Axel (Rose) a mi vida, bautizado como uno de nuestros cantantes favoritos pero con la E bien puesta.

¡Entonces! Esa tarde llegué a mi casa y el pequeño no fue bien aceptado... por unas semanas estuvo en ambas casas hasta el día en que mi ex dijo "aquí ya no puede quedarse". ¡¿QUÉ?! O sea, el perro era de los dos SUPUESTAMENTE y ahora no tenía dónde quedarse. Mis papás también dieron el rotundo no y yo no sabía qué hacer. Lo tuvimos un tiempo a escondidas y luego la relación se terminó; también fue obvio que yo me quedaba con el perro porque, a ver, ¿Quién lo compró? ¿Quién lo pagó? ¿Quién siempre fue la que buscó la solución de la vivienda? ¡Ese perro siempre fue mío! 

La mamá de mi sobrina Alejandra, en un acto de solidaridad, me dijo que se quedaba con Axel así que mi cachorro se fue a vivir con su prima... Me lo devolvieron a los 2 días... El pobre perro no dejaba de llorar y, en sed de rebeldía, rompió toda su cama. Mis papás se sintieron mal y me dijeron que podía tenerlo en casa, porque además yo estaba con una depresión muy fuerte por la ruptura, entonces necesitaba a mi perro cerca. 

Su carita cuando entró a la casa y me vio. ¡Era solo un cachorrito! No tenía ni 1 año, pero entró a la casa disparado y se sentó en la puerta de mi cuarto, no le hizo caso a nadie y estaba tan emocionado que ni cuenta se dio que yo estaba parada afuera para recibirlo. A penas nuestras miradas se encontraron, el amor incondicional se hizo presente y nos metimos felices a mi cuarto a jugar en la cama. Ahí fue cuando cambié de veterinaria y en la nueva me dijeron "Sí sabe que su perro es cruzado, ¿verdad?" ¿Cómo así que cómo fue? JAJAJAJAJA. Ahí confirmé la estafa y comprobé que mi jabalí era cruce de Jack Russell con Beagle, por ello los colores negros y marrones. Pero qué chuchaaaaaaa, mi perro era único y especial... ES único y especial.

Y así vamos por la vida juntos siempre de la mano-pata... es mi perrito salvador. Me dio calma durante mis peores momentos de ira, se quedaba pegado a mí en mis depresiones, dormía sobre mi pecho durante los ataques de ansiedad más intensos. Nunca me dejó sola. Siempre me trajo alegrías. 

Trece años han pasado y aquí estamos, un poco más lentos y gordos los dos jajajaja pero más sabios también y con un amor inacabable. ¡Definitivamente la mejor compra que hice! Mi perrito a cuotas, mi perrito salvador. 

lunes, 8 de marzo de 2021

La Mujer Siempre Pierde

Estábamos sentados en la mesa almorzando en familia. La típica conversación: lo que pasa en las noticias. "¿Viste esa chica que la mató el marido?" "Mira, embarazada con 3 hijos y ahora el marido la deja. ¿Qué va a ser de esa muchacha?" "Si no estudian, con la justa terminan el colegio y ya las casan y se llenan de hijos." Terminando así el almuerzo con una conclusión: la mujer siempre pierde. Yo tenía menos de 10 años y quien afirmaba esto en casa, por más increíble que suene, era mi mamá. 

Eso fue lo que siempre escuché mientras iba creciendo; la mujer siempre pierde... Inconscientemente yo estaba destinada a perder; todo lo que logre en la vida sería en vano, porque al final, siempre perdería. Si me casaba seguro mi marido me dejaría, si lograba un trabajo seguro no llegaría lejos, si tenía hijos seguro me tratarían mal y me dejarían sola. Nada de lo que yo me propusiera hacer en esta vida tenía sentido, ¡siempre iba a perder entonces, what's the point?!

Pero en paralelo, algo raro pasaba en casa. También me decían que yo era muy inteligente y tenía mucho talento, que podía lograr lo que quisiera, ser lo que quisiera. A ver mano, ¿qué chucha pasa acá? Jajaja no puedes decirle a una niña que está en su naturaleza fallar pero también motivarla a hacer más cosas. Entonces así siempre crecí, celebrando a medias los logros, encontrándome con la desilusión al final del camino. 

Cuando empecé a ser más madura y consciente de la vida, sobre todo de las sorpresas que te da la vida, me di cuenta que yo sí podía lograr cosas -y acá viene un punto muy interesante- laboralmente yo sobresalía, en las clases yo sobresalía, cualquier grupo donde estuviera siempre yo tendía a liderarlo. ¡Entonces yo sí podía lograr cosas, yo sí podía triunfar! Y a lo largo de ese camino una idea iba entrando a mi cabeza, sembrada por mi entorno... Fátima lo puede hacer porque tiene huevos. Fátima lo logrará porque tiene testosterona. Fátima lo va a conseguir porque ve las cosas diferente: las ve como un hombre.

Conclusión: soy mujer pero logro el éxito porque tengo cualidades de hombre. ¡Qué buena payasada! Pero, ¿saben qué? Yo decía lo mismo. Es que claro esa era la única explicación, si las mujeres no pueden pero yo soy mujer y puedo, entonces es porque pienso como hombre, estaba "clarísimo". Una vez un equipo hizo la advertencia que ellos necesitaban alguien con mucha fuerza y que preferían tener un hombre en vez de una mujer, mi jefe de ese entonces dijo "pero Fátima ha sido estibador en vidas pasadas" porque claro, mi peso/tamaño también se relacionaba a algo masculino. ¿Yo qué hice? Me reí.

Pero llega un punto en el que no te da risa. Llegué hasta a hacerme análisis de testosterona porque algo malo había en mí, no podía ser una "mujer normal" porque iba en contra de lo que estaba establecido para mí: PERDER. ¡Qué tal daño! ¿Y saben cuándo empecé a pensar diferente? Cuando cambié de ambiente.

Tuve la oportunidad de tener dos jefas en mi vida, que marcaron mi camino completamente: la primera era la típica jefa exitosa que vemos en las películas; dura, sarcástica, estricta, dominante, por encima de los demás. O sea una Miranda Presley. Pero eso era para afuera, era la careta, la imagen o el papel de la jefa superior. Yo la conocí y era bastante sensible, amorosa, preocupada por el resto... Yo pensaba, ¿por qué no ambos? ¿Por qué seguir con esa imagen? Porque así tenía que ser en ese ambiente. 

Mi otra jefa fue todo lo contrario. Me escuchaba siempre, nunca se burló de mis ideas, me daba herramientas para potenciarlas, me mostraba referencias, conversaba conmigo. Todos la respetaban pero no por miedo a que los bote, sino porque la admiraban; confiaban en su capacidad y no, no era porque tenía cualidades de hombre. Ahí aprendí que solo uno mismo se pone los límites, las trabas. Una misma es quien se caga sola. Y así fui conociendo a mujeres increíbles que lideraban pero nunca se sentían superiores al resto, mucho menos ante otras mujeres; conocí mujeres que querían ver a otras mujeres triunfar. 

Pero lo importante de cada situación era el ambiente. En un ambiente tóxico no importa quién seas o lo que hagas, siempre habrá esta rivalidad de géneros y estrés por querer demostrar que una mujer puede, así sea de la manera equivocada. Cuando estás en un ambiente donde todos te tratan por igual, sobre sales por quien tú misma eres y obtienes respeto por eso. 

Todavía sigo diciendo a veces que tengo huevos, pero es más por diversión. En grupos de hombres me sentía igual pero por esa idea errónea de "es que estamos entre hombres"... Ahora, me siento igual porque nuestras capacidades son iguales, nuestros objetivos son iguales y nuestras ganas, son iguales. Soy una mujer, en un puesto de liderazgo, en una empresa trasnacional, haciendo cosas importantes junto a 8 hombres talentosísimos. Y somos un equipo grandioso. ¡Qué orgullosa estoy! Hasta "se me para" de la emoción... jajajajajaja 

¡Siempre hacia adelante, mujeres! Que el mundo cada vez está más listo para vernos triunfar.